Inception

Estimado Sr. Nolan

Vaya por delante nuestra admiración y respeto por sus trabajos anteriores, en particular por Memento, pero también por las entregas de Batman, que, aun no siendo tan buenas como mucha gente cree, es cierto que están por encima de la media. Desde Tururú le agradecemos también que trate de ofrecernos ideas nuevas, y que se adentre en Inception en el mundo de los sueños, en esa ficción que parece realidad, y en la posibilidad de crear mundos infinitos en los que las leyes de la física se rompen. Algunas imágenes, como esa ciudad que se dobla sobre sí misma o ese paseo construido a partir de dos espejos, merecen un aplauso.

Ahora bien, Sr. Nolan, y le aviso de que esta carta contiene spoilers, se le va a usted la fuerza por la boca intentándonos explicar en qué consiste su Inception. Ese sueño dentro de sueño dentro de sueño dentro de sueño está revestido de una complejidad sólo aparente, porque la verdad es que es muy simple, y no hay mucho que entender. Le acuso a usted de ser un tramposo redomado, porque resulta que cuando a uno le matan, en un sueño, se despierta, pero claro, si está fuertemente sedado no: en ese caso se queda en el “limbo”, extraño lugar que ya ni tan siquiera cita el papado de la iglesia católica, en el que los mundos no están construídos, o qué sé yo. La ciencia ficción tiene sus reglas, y hay que cumplirlas; porque si no, en ese momento en el que se añade algo nuevo, esa excepción, el espectador se siente estafado (tanto o más que los compañeros de DiCaprio, que tampoco se esperaban esa trampa). Sr. Nolan: todos sabemos que los sueños pueden ir más despacio, pero también más deprisa. Esa fórmula matemática que dice que cinco minutos soñando dentro del sueño son una hora se la saca usted de la manga, y es muy, muy flojita. Los tiroteos de los supuestos protectores de la mente también cojean cosa fina. El final se viene viendo desde el principio, con la perindola a punto de caerse pero no, y, en general, el reparto está desaprovechado, porque no hay mucho sitio para explorar los personajes cuando toda la fuerza se va en tejer una trama que, lástima, es insostenible.

Le ha salido a usted una especie de Matrix, en el que los personajes visten blazers en lugar de piel negra y gafas de sol. En Inception, el tiempo se ralentiza como en el tiempo bala de Matrix, y tenemos también pastillitas de colores, realidades virtuales y porrazos a tutiplén. La única diferencia es que Matrix, sin ser una maravilla, es mejor película.

Su exploración del sueño dentro del sueño me ha producido, también, un sueño bien profundo: soñaba con John Ford y nos contaba una historia sencilla, con detalles para el espectador avizor, pero bien resuelta, sin trampas ni cartones. Este Inception es tan frágil como la arquitectura imposible de sus sueños inventados.

Atentamente

Rafa V

Lo mejor: los despertares encadenados, bordeando el ridículo con éxito.

Lo peor: que se pierde en su supuesta complejidad y se olvida de servirnos una buena película. Muy decepcionante.

Chulería de sobra, pero no me habéis convencido en absoluto.