10/11/13

El Libro de la Selva



Los hippies de la jungla
El libro de la selva es el primer largometraje de la casa Disney estrenado tras el fallecimiento del tío Walt. Se trata, claro está, de una película famosísima e imperecedera. Inspirada vagamente en la novela de Ruyard Kipling, la cinta es un musical disparatado por la que no pasan los años. En la selva de Mowgli y Baloo todos están un poco locos, pero es que además están invadidos por un espíritu hippy y por un buen rollo que en estos tiempos de tecnología supina y crisis interminable estamos perdiendo. Es más, es imposible concebir una película así hoy en día, protagonizada por un crío semidesnudo que se pasea por la selva acompañado de adultos propensos a la fiesta y al roce. Ya no son tiempos tan inocentes, pero en un mundo perfecto poblado de buenas personas no habría problemas para disfrutar de esta obra maestra, de su maravillosas canciones, su animación genial y sus divertidos personajes. Recomendada para todo el mundo, sin excepción.
Lo mejor: la música, y Baloo
Lo peor: que Disney haya dejado de producir animación en 2D



Y he aquí un video de muy buen rollo oiga...



27/10/13

Blue Jasmine



Los problemas de Cate
Blue Jasmine se anuncia como la mejor película de Woody Allen de los últimos años. Realmente, eso no es decir demasiado, porque hace mucho tiempo que el maestro no nos regala una pieza redonda: quedan muy lejos Manhattan o Annie Hall, y también bastante lejos Match Point. Y cito Match Point por ser una cinta dramática, sin apenas espacio para los destellos de humor o para las buenas vibraciones, como lo es esta última, Blue Jasmine, si bien el balance comedia-drama está aquí más equilibrado, lo que puede llevar a confusión (y hace, tal vez, que se nos indigeste el refrito).
Blue Jasmine está más cerca del drama que de la comedia. Woody Allen no tiene compasión de sus personajes egoístas y vanidosos, víctimas de su destino como en toda buena tragedia griega. En particular, Cate Blanchett sufre (y nosotros con ella) todo su vacío y estupidez. Se trata de un personaje piscótico, como aquellos que han hecho famoso a Woody Allen, pero en este caso no nos da ninguna risa. Su hermana, sin embargo, se salva de la quema gracias a su humildad, a la falta de pretensiones.
Es claro el mensaje del maestro neoyorquino: qué vacía y egoísta es nuestra sociedad del lujo, qué gran castigo merecen aquellos que se han enriquecido estafando y mintiendo a los demás. En estos tiempos de tanta crisis y tanto chorizo, qué bueno sería que todos esos mangantes devolvieran el dinero y terminaran entre rejas. Blue Jasmine es una buena película, una película necesaria, pero para nada sencilla, y muy difícil de disfrutar. Tal vez un par de nuevos personajes, o un par de situaciones de comedia más, hubieran aliviado la carga de una cinta un tanto pesada. En Tururú preferimos las tonterías anteriores de Woody Allen, la verdad, pero bueno está que aparezca Blue Jasmine para valorarlas en su justa medida
Lo mejor: Cate Blanchett
Lo peor: no demasiado disfrutable. Aunque quién dijo que el arte consista solamente en pasárselo bien.



12/10/13

Paris, Texas



Wenders y Tú
Paris, Texas es un título extraño, que suena más bien a una de esas películas bobaliconas de la casa Disney, del tipo “Tú a Boston y yo a California”. Nada que ver, afortunadamente, con esas cintas infantiles. Paris, Texas es, para no prolongar el suspense, una obra maestra, una pieza clave en el cine moderno, redonda pese a un comienzo y a un final de lo más abierto.
Win Wenders nos conduce con sabiduría por el sur de los Estados Unidos de los años ochenta, construyendo un universo casi mágico en el que los espacios abiertos y desérticos son mayoritarios. Heredero de los encuadres clásicos, a menudo algún pequeño detalle (un simple semáforo tal vez) se cuela en esos espacios infinitos. El uso de la fotografía es encomiable, casi futurista, en particular en las escenas nocturnas. Es, sin embargo, el uso del color lo más trabajado y seguramente destacable de la cinta: en la escena final predominan los verdes de la esperanza; en la persecución del coche rojo, los protagonistas llevan sendas camisas rojas, transmitiendo tensión. Son colores fuertes, nada fortuitos: el rosa de Nastassja Kinski en su primera escena, el riguroso negro de la escena de su confesión. Ese transmitir con la imagen (no con el movimiento, sino con la composición, la luz, los colores) es puro cine clásico, y en ese sentido la película de Wenders es imperdible.

París, Texas es pura sabiduría narrativa. El suspense inicial atrapa al espectador, y la identificación con el personaje nos conduce hacia unas escenas finales larguísimas, en las que el tiempo ya no importa porque ya por entonces la película nos ha succionado, como sólo una obra maestra puede hacer. Y, como buena obra maestra, el final es abierto, y los cabos sueltos, que son muchos, pueden dar lugar a todo tipo de especulaciones. La cámara de Wenders es concisa y exacta: planos sueltos que cuentan la historia a su debido tiempo y de la boca de los personajes. Como debe ser. Una película conmovedora, encantadora e imprescindible.
Lo mejor: la dirección, soberbia.
Lo peor: que la impaciencia y el envenenamiento por culpa del ruidoso cine actual puede provocar que muchos no sepan disfrutarla.



Ah, y no hemos mencionado el uso tan acertado de una música muy conocida...

28/9/13

Iron Man 3 vs The Iron Lady



Hoy vamos a proponer una crítica diferente en Tururú. Un combate al mejor de cinco asaltos. Dos contendientes duros como el acero frente a frente en una lucha sin cuartel. Dos películas bien distintas y con dos protagonistas antagónicos. ¿Quién ganará?

Dirección: más bien del montón en ambos casos. Nada que nos sorprenda en una superproducción como es Iron Man 3: mucho ruido y entretenimiento sin más problemas. La Dama de Hierro peca de sensiblería en algunos momentos y tiene un comienzo demasiado estirado, con poca fuerza.

Ganador: empate.

Argumento: Iron Man 3 propone rizar el rizo sobre las anteriores entregas, con más armaduras, más tortazos y más chulería. Por desgracia se deja un montón de cabos sueltos y lo que es peor, no desarrolla un par de ideas que podrían haber sido muy interesantes. Lástima. La dama de hierro hace un repaso por la historia reciente, parcial sin duda, pero no partidista, lo cual es muy de agradecer.

Ganador: The Iron Lady

Actores: Iron Man refuerza el fenomenal trabajo de los habituales Robert Downey Jr. y Gwyneth Paltrow con la presencia de un esperpéntico Ben Kingsley y un cada vez más avejentado Guy Pierce. Sin embargo, en este caso la competencia se hace muy cuesta arriba frente a la oscarizada Meryl Streep y el trabajo del siempre magnífico Jim Broadbent.

Ganador: The Iron Lady

Aspectos técnicos: el desarrollo de los efectos especiales en el cine en los últimos veinte años es auténticamente espectacular. En algunos momentos vemos tal abigarramiento en pantalla que resulta imposible asimilarlo. Iron Man 3 no es una excepción y apabulla con su repertorio de explosiones, lucecitas, cientos de pantallas de ordenador flotantes que (se supone) el protagonista puede leer al mismo tiempo, rayos láser y demás frikadas. A destacar la espectacular escena del acantilado derrumbándose. La Dama de Hierro hace uso sabio de material de archivo y su maquillaje no es demasiado malo (como sucede por contra en otro biopic que tenemos que comentar en Tururu, J. Edgar) , pero aun así no puede competir con el presupuesto desparramado del héroe de hojalata.

Ganador: Iron Man 3

Entretenimiento: ambas películas se merecen un ratito de vuestro tiempo, aunque son filmes bien distintos. Un buen cinéfilo vale lo mismo para un roto que para un descosido, así que hay momentos en los que una película de encefalograma plano como es Iron Man 3 es muy bienvenida. Si preferís los biopics de famosos, sean más o menos fieles a la verdad, o una historia más dramática y realista, sin duda la Dama de hierro no os va a defraudar

Ganador: empate

Ganador por K.O.: The Iron Lady


Lo mejor de Iron Man 3: Su espectacularidad, y que no se toma a sí mismo demasiado en serio.
Lo peor: que ya estamos saturados de super héroes. Basta.




Lo mejor de The Iron Lady: el repaso a la convulsa década de los ochenta de la mano de material de archivo y a base de flashbacks. Sus actores.
Lo peor: su dirección confusa.



15/9/13

Visita a Naboo



Ando de vacaciones en una galaxia muy, muy lejana.... O quizás no tanto?

4/9/13

Lincoln

 
 
Un clásico en el buen sentido
En estos tiempos convulsos lo mejor es refugiarse en las películas, en las que todo parece ser real pero es mucho más sencillo que en la realidad. Un ejemplo: la negativa del parlamento británico a apoyar el ataque a Siria (ya veremos a ver dónde queda todo éso…) me ha recordado a la última película de Spielberg, y a la aprobación de la treceava enmienda. Parece ser que, en algunos países y en algunas épocas, los políticos toman decisiones independientemente del grupo al que pertenecen. Y con un cierto sentido de la justicia. Algo que desgraciadamente no se da en la España actual.
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Volviendo a Lincoln: Steven Spielberg está empeñado en educarnos, en servirnos lecciones de historia y ética, en reivindicar a las minorías. Algo que siempre se le critica, pero que desde Tururú apoyamos. Es cierto que a veces su cine es sensiblero, quizás manipulador, no siempre enteramente fiel a la verdad. Pero, frente a otras películas vacías, descerebradas o ultra violentas, el cineasta se ha mantenido fiel a su espíritu de superación, no exento de cierta propaganda pero siempre de mimbres sobresalientes: técnica impoluta, planificación milimétrica, producción superlativa, y, en general, calidad muy por encima de la media, incluso en sus películas más mediocres.

 
Lincoln es ante todo Daniel Day-Lewis. El mejor actor de nuestro tiempo se transforma en el presidente de los Estados Unidos y da un auténtico recital. Pero su interpretación se ve aupada por el cariño con el que el director nos muestra al personaje, por cómo ilumina su silueta o cuida sus movimientos. El éxito de esta recreación de Lincoln se debe a un tándem actor-director como pocas veces se ha visto. Los demás actores de la cinta también están impresionantes: Tommy Lee Jones, Sally Field y, a destacar, un irreconocible y brillante James Spader.
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Lincoln es, también, una de las mejores películas de Spielberg. Una auténtica lección de historia, sí, pero también un film de diálogos interesantísimos, complicado, que trata al espectador como a un adulto y no como a un adolescente medio idiota, que requiere de atención constante y que recompensa sobremanera tras su visionado. No hay nada que objetar a la narración, no hay finales lacrimógenos e impostados (al igual que ocurre en La Lista de Schindler, en Salvar al soldado Ryan o en A.I). No hay apenas fisuras en una cinta seria, de guión robusto, clásica en el mejor sentido de la palabra.


 
La victoria de Argo en los últimos óscars, y el premio al mejor director para Ang Lee por la mediocre La vida de Pi, son un insulto para una de las mejores películas de este siglo, seguramente la mejor de Spielberg desde su obra maestra absoluta, La lista de Schindler. Se demuestra así que los premios del cine están directamente en manos de imbéciles o sobornados (o ambas cosas). Se demuestra también, con esta cinta, que en el cine de Hollywood todavía hay espacio para las sorpresas, y que aún puede ofrecernos obras maestras como este Lincoln.
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Lo mejor: actores, guión, dirección, fotografía, producción…
Lo peor: Joseph Gordon-Levitt, y la escena que abre la cinta. Nada es perfecto.




 
 

25/8/13

Popurrí

Un repasito muy variado por algunas películas que he visto últimamente. Por cierto, consulto en la RAE que popurrí viene del francés pot pourri, que es la traducción literal de “olla podrida”, ese plato tan clásico español que tiene un poquito de todo. Y a mí que me sonaba a italiano.

Maridos y Mujeres
Los sempiternos temas del maestro Woody Allen vienen esta vez de la mano de Mia Farrow o de un inmenso Sidney Pollack, con el agregado bien recibido de Liam Neeson o Juliette Lewis. Más cerca del drama que de la comedia, Maridos y Mujeres es recordada por sus movimientos de cámara cercanos al mareo, que a mí personalmente no me molestan. Las entrevistas a los personajes, en el estilo de Toma el dinero y corre, son la nota original en una película que da lo que promete: Woody Allen en estado puro.

Lo mejor: los insertos de entrevistas a los personajes
Lo peor: que no te guste Woody Allen





Submarine
Original y fresca película británica, plagada de personajes extraños, pero entrañables y cercanos al mismo tiempo. Los británicos son especialistas en esa mezcla de drama y comedia, o más bien en provocar la risa en circunstancias desgraciadas. Submarine no es una excepción, pero ese adolescente soñador, romántico y asustadizo que protagoniza la película nos conduce a lo largo de una historia entrañable, llena de excentricidades, destellos originales y momentos divertidos.

Lo mejor: su galería de personajes dantescos pero reales
Lo peor: que otras películas mucho peores disfruten de la fama y distribución que Submarine no ha tenido





Rompe Ralph
El homenaje de la Disney al mundo de los videojuegos se basa en el arcade Fix it Felix, que yo soy lo bastante joven como para no haber conocido en los recreativos. La película arranca con bastante gracia, con esos caracteres que se mueven a saltitos, inspirados en los primeros videojuegos en los que la animación consistía en un par de imágenes que se alternaban al pulsar los botones. Pero pronto la película deriva hacia caminos más convencionales e infantiloides. Rompe Ralph es una auténtica penita, una película que podría haber sido grande, y que resulta una de las peores, si no la peor, entrega de la casa Disney en la última década

Lo mejor: sus homenajes al videojuego de los ochenta (ese Pacman…)
Lo peor: una segunda parte no recomendada para mayores de cuatro años




Appaloosa
Richard Harris es un excelente actor, y, a vistas de Apaloosa, es también un buen director. La presencia de Viggo Mortensen en la película tiene mucho que ver en el resultado final, que es consistente y disfrutable, pese a algunas transiciones entre escenas un poquito forzadas. Por desgracia o por fortuna ya hemos visto muchos westerns, muchos, de forma que casi todo suena a repetición. En este caso, nos encontramos con una mezcla (casi remake) de la obra maestra de John Ford El hombre que mató a Liberty Valance, con ecos de El Dorado de Howard Hawks. Lo cuál por supuesto no es malo, lo contrario, aunque la película de Harris no resiste comparación con esos clásicos inmortales.

Lo mejor: Viggo Mortensen, inmenso
Lo peor: que la historia no termina de conectarse como debiera





9/8/13

Mis escenas favoritas (I)

 
Como decían en La verbena de la Paloma, hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad, una bestialidad. Tanto es así que, cuando nos viene una escena de alguna película clásica a la memoria, nos es fácil encontrarla al momento en nuestras casas, con cualquiera de esos cacharritos tecnológicos y diabólicos (Dios los bendiga).
 
Inaugurando esta sección, una de las mejores películas de Chaplin, Tiempos Modernos. Todo el metraje es un imprescindible, pero en concreto esta escena, que comienza en el minuto 12:00, me viene a la cabeza muchas veces a la salida del trabajo, cuando ya ando medio loco. Y no es que yo trabaje precisamente en una fábrica, pero me parece que en esta vida, sin darnos cuenta, hacemos poco más que ir apretando tornillos todo el rato.
 

8/8/13

Frankenweenie



Monstruoso remake
Antes de que Tim Burton y su particular universo fueran venerados (y un pelín sobrevalorados, como lo son en la actualidad), este imitador del Robert Smith de The Cure, introvertido y a veces genial, nos sorprendía con adaptaciones como el corto Frankenweenie. El film, de unos treinta minutos, se trata de un homenaje–parodia al mito de Frankestein, tal vez algo insípido, pero sin duda inteligente y con buenos detalles.
Casi treinta años después, la casa Disney realiza un remake de Frankenweenie, esta vez una película de animación con la técnica del stop-motion (que tan buenos resultados le dio a Burton en Pesadilla Antes de Navidad). Manteniendo el blanco y negro y un cierto aroma a serie B, lo cierto es que la realización no impresiona como en otras películas del género, lo cual resulta inesperado porque Tim Burton suele ser siempre fiel a su estética recargada y sorprendente. Lo que sí resulta esperado es que sea un calco del cortometraje anterior. Tan sólo un par de aportes, sin demasiada chicha, nos alejan de la trama original.
La película resulta ser tan buena, o tan mala, como era su predecesora, o si acaso algo peor, puesto que las nuevas escenas chirrían con el tratamiento más intimista del corto. La verdadera razón, pues, de este remake, está clarísima: hacer caja. Como muestra, Disney incluye el original Frankenweenie en el Blu Ray, lo que demuestra que lo importante es pagar pero que, una vez que hemos aflojado unos buenos 15 o 20 euros, ya podemos elegir la versión que más nos guste. Yo no sé qué pensará el bueno de Walt de todo esto, pero a mí me suena como a aquella película en la cual la gente primero era obligada (por ley) a poner paneles solares en sus casas (con la promesa de que les ahorraría dinero), y, una vez instalados, eran obligados (por ley) a pagar por ellos. Doble timo, como el de Fankenweenie. ¿…O acaso esto segundo no era una película?
Lo mejor: los homenajes a Godzilla o Boris Karloff.
Lo peor: que no resultan suficientes para levantar una función anodina y que ya nos sabíamos.


31/7/13

Amour


Tragedias cotidianas
En Tururú, la multipremiada y aclamada película de Haneke nos ha dejado bastante fríos, la verdad. Otras versiones de la misma historia (desde Million Dollar Baby a Mar Adentro, muy dispares pero con muchos puntos en común) nos han gustado más. Tal vez los premios hayan venido porque se necesita atraer la atención hacia este tipo de historias, para que, al menos legalmente, cambie el futuro de muchas de esas personas que, por desgracia, están en la misma situación que la pareja de ancianitos protagonista. Amour se empeña en demostrarnos, por si no lo teníamos demasiado claro, que la vida es una mierda. Recordatorio éste que ciertamente sobra para los que ya lo sabíamos.

Amour es una buena película. Las interpretaciones son de aúpa, con un trío de actores en estado de gracia. La dirección es sobria, sabia, mostrando los acontecimientos con crudeza y distancia. A mí, sin embargo, me ha parecido lenta, estirada, y, en algunos momentos, demasiado “barata” (en particular, la metáfora con la paloma resulta de una simpleza decepcionante). Y añado ( y esto ya es seguramente muy personal) que me hubiera gustado un final más elaborado, que solucionara los interrogantes legales o simplemente entre los personajes, más allá del drama personal que adivinamos en el rostro magnético de Jean Louis Trintignant. Amour es una película triste que huele a otras historias, de visionado difícil, y que desde Tururú nos hubiera encantado recomendar. Pero no.

Lo mejor: los actores, magníficos
Lo peor: haber vivido de cerca el drama que se nos narra. Ver la película entonces debe de ser atroz, masoquismo puro.


11/7/13

El Hobbit



Vuelta (y media) a la Tierra Media
En Tururú nos gusta El Señor de los Anillos, ya sean los libros, la película de animación de Ralph Bakshi  o la archiconocida, oscarizada  y testosterónica maratón que Peter Jackson nos propuso hace ya la friolera de doce años. Cómo pasa el tiempo. El Hobbit es la historia previa a la saga, que el bueno de J.R.R. Tolkien escribió allá por los años treinta: un libro no demasiado extenso de aventuras fantásticas, sin muchas pretensiones. Lo de las genealogías farragosas, idiomas élficos y demás nombrecillos impronunciables vino después. El Hobbit hace gala de un sentido del humor que no tienen sus hermanas mayores, y su lectura es mucho más entretenida. Y además cuenta con Gandalf, trolls y dragones. Qué más puede pedirse.
A raíz del éxito de El Señor de los Anillos, Peter Jackson comienza a mover los hilos de su precuela. Primero como productor (recuerdo que Guillermo del Toro iba a dirigir la película en un principio) y finalmente como director. Después se dijo que la película se dividiría en dos partes, y finalmente en tres. Muchos han dicho que no hay material en el libro para otra trilogía, y, si bien es cierto que El Señor de los Anillos es mucho más extenso, yo veo muy capaz a Peter Jackson de hacer no ya una película de diez horas, sino veinte, a base de rellenos, batallas infinitas y primeros planos melancólicos a tutiplén.

Ese es quizás el principal problema de El Hobbit: que es imposible saber, en algunos momentos, si estamos viendo la nueva o la antigua, si no estamos viendo otra vez El Señor de los Anillos. Da la impresión de que algunas escenas hubieran sido recortadas y añadidas a la cinta (por ejemplo, las escenas con Galadriel y Saruman, o las batallas con los goblins o los orcos). Incluso da la impresión de que Christopher Lee y otros actores no han sido filmados realmente, sino que su rostro ha sido añadido tecnológicamente al metraje, a partir de escenas descartadas de El Señor de los Anillos. En todo caso, la repetición de escenarios y situaciones es del todo lógica. Los decorados de la Comarca, Rivendell y tantos otros eran excelentes, así que no hay necesidad de cambio.
Esta continua sensación de deja-vú tiene dos caras: por un lado ya sabemos que nos encontramos ante una producción magnífica y una cinta de aventuras por encima de la media. Por otro lado, las sorpresas serán más reducidas: buenas noticias para los fans y para los amantes de la trilogía original, y no tan buenas para el resto de los cinéfilos. A mí en particular me ha parecido que la película tiene menos alma, tal vez porque este Bilbo, valiente y bien interpretado, no tiene el carisma de Frodo y Sam, o tal vez porque no cuenta con el ambiente pre-apocalítico y a veces melancólico de la trilogía original. Sea como sea, Ian McKellen – Gandalf y por supuesto Gollum son siempre bienvenidos, aunque sea arropados por un grupo de enanos de exagerado maquillaje y por un cansino atropello de efectos generados por ordenador
Lo mejor: como era de esperar, la breve pero magnífica aparición de Gollum. Y las dosificadas apariciones del dragón Smaug.
Lo peor: demasiado larga, a veces pesada y siempre alborotada


Pero este tío, no es el cantante de Mago de Oz...?


21/6/13

El Vuelo

 
 
Robert Zemeckis es uno de nuestros directores favoritos aquí en Tururú. En los ochenta entregó un buen puñado de clásicos, empezando por la inolvidable Quién engañó a Roger Rabbit y por la trilogía de Regreso al futuro. Una serie farragosa, pero llena de encanto: su primera parte en particular es asombrosamente buena y mejora con el tiempo, gracias a un guion de connotaciones freudianas que sabe reírse de sí mismo. En Regreso al futuro los personajes están llenos de ironía, atrapando a Michael J. Fox en un mundo más de fantasía que de ciencia-ficción. Una cinta brillante e inolvidable.
 
En los noventa, Zemeckis entrega su obra maestra, Forrest Gump, otra película que bajo su apariencia sencilla y su sello comercial está cargada de detalles y notas de buen hacer. La invisibilidad de su director demuestra, muy al contrario, el trabajo minucioso con el que se cuidaron todas sus escenas, en una película total, auténtico clásico moderno. Inexplicablemente, su siguiente película fue Contact, un auténtico bodrio, insalvable, que ha sido capaz de, casi casi, hundir su carrera.  De hecho, Zemeckis no ha conseguido levantar cabeza, y todavía hoy, quince años después, no ha encontrado una película digna de su talento. Náufrago o Lo que la verdad esconde son películas interesantes, pero del montón.
 
Después de dirigir varias películas de animación (la apreciable Beowulf entre ellas), Robert Zemeckis ha vuelto a la imagen real con El vuelo. Cinta ésta para gloria de Denzel Washington, buen actor que a mí en particular me deja un poco frío. En El Vuelo asistimos a un comienzo trepidante, que augura una típica película de catástrofes aeroportuarias. Pero, lejos de ser así, la película simplemente retrata la vida de un personaje alcohólico, drogadicto, atormentado y sin pizca de gracia. Por el camino aparecen otros personajes, pero ninguno con el suficiente peso como para ayudar al pobre Denzel a levantar el resto del metraje. La película es un pelín larga, y consigue mantener la intriga a duras penas. Le deseamos a Robert Zemeckis un pronto retorno al cine que le dio su fama y mucha suerte con sus próximas películas. De momento ésta nos ha decepcionado.
 
Lo mejor: el accidente del avión, rodado de forma magistral, que nos recuerda obviamente al de Náufrago.
Lo peor: una película normalita, con guión de telefilm de sobremesa, que no levantará pasiones.
 
 
 

3/6/13

Casablanca



Estoy preparando unos ciclos de cine en la oficina, a ver si cultivo -con ninguna esperanza claro está- a mis británicos compañeros. Hace poco hemos repasado Casablanca, clásico entre los clásicos. Pensaba yo que todo el mundo habría visto ya la película varias veces, pero resulta que no, que es al contrario, que casi todos han visto alguna escena o recuerdan a Bogart y su gabardina, pero pocos han visto la película entera. Me resulta chocante cómo muchos "cinéfilos" desdeñan por completo el cine clásico. No se pierden ni una de las entregas de patrañas tipo Scary Movie o The Fast and the Furious, pero no se molestan en dedicarle un rato a cintas tan disfrutables como esta Casablanca, El Tercer Hombre, La Dama de Shanghai o Con Faldas y a lo Loco, por citar unos pocos peliculones que me vienen a la memoria en un segundo. No sé. También puede ser que yo sea un antiguo; mejor no preguntar.
Para la ocasión he comprado el Blu-Ray 70 Aniversario: recomendadísimo, en edición de lujo, con imagen remasterizada (el film ha recibido un lifting increíble, ha quedado fenomenal) y sobre todo documentales que no hay que perderse, acerca de la película y también de Humphrey Bogart, presentado por la que fuera su pareja inseparable dentro y fuera de la pantalla Lauren Bacal. Ya no quedan parejas como esas de antes. En fin. Para rematar los extras de este Blu Ray, el corto de animación Carrotblanca de la Warner, con Bugs Bunny y toda la pandilla repasando la película en apenas ocho minutos. Imprescindible.


Pocas películas sobreviven a su leyenda, como a mí me gusta decir. No sobrevivió, por ejemplo, Star Wars, masacrada a base de anuncios de Vodafone protagonizados por Yoda, precuelas infames o series de televisión barata. También Warner lo intentó en su día con Casablanca (con varias series de televisión, por ejemplo) pero, afortunadamente, el tiempo ha hecho justicia, respetando al original y olvidando esos intentos de resurrección cutre. 
Dicen en esas listas famosas que la mejor película de la historia del cine es Vértigo, por encima de Ciudadano Kane, o El Padrino. Todas ellas grandes películas sin duda, pero, en mi humilde opinión, Casablanca las supera en su sencillez, con sus personajes mucho más humanos y creíbles, y por su construcción precisa, con tomas y escenas en las que nada sobra y nada falta. Cierto que es casi casi una película de serie B, con decorados de cartón y guión improvisado. Sin embargo, consigue aquello que les es negado a todas estas películas infográficas de ahora, detallistas, de ambientación complejísima, que se quedan por desgracia en un cascarón de ruido y luces. Casablanca tiene alma y está tan viva o más como el primer día. Y éso se dice pronto.
Lo mejor: carismática como pocas, convertida afortunadamente en mitología de nuestro tiempo.
Lo peor: que las nuevas generaciones no se molesten en dar una oportunidad a clásicos tan impresionantes como éste.



12/5/13

Ted



Seth MacFarlane es el creador, entre otras, de la serie de animación Padre de Familia, una especie de mezcla de la clásica Los Simpson y el humor gamberro de South Park. De hecho, muchas escenas exceden lo políticamente incorrecto para caer en lo que sería, casi casi, un abuso de la libertad de expresión: que algunos países occidentales permitan exhibir cualquier burrada por televisión no significa que sea no ya de buen gusto, sino tan siquiera correcto. Así las cosas, casi prefiero la (más sosa) Padre Made in Usa, que mantiene el mismo espíritu de autocrítica (aunque dicho sea de paso, tanto autocrítica gamberra puede alejar a la audiencia de la reflexión y reforzarles en la idea del todo vale: qué divertido, cómo mola, que comemos como cerdos todo el rato, somos muy brutos y tenemos armas).


Tras el éxito merecido de la serie de la televisión, MacFarlane se embarca en Ted, una especie de Harvey (aquella película en la que James Stewart se codeaba con un conejo gigante) en la que un oso de peluche le complica la vida al (cada vez más despistado) Mark Wahlberg y a su (guapa, como no podía ser de otra manera) novia. La animación del muñeco es fascinante, y además aparece el actor original de la película de los ochenta Flash Gordon.
Aquí terminan las buenas noticias. Ted se mueve desde el cuento de hadas ñoño para niños al thriller, pasando por la comedia romántica y la comedia gruesa, chabacana y hortera, llena de pedos y tacos y chistes fáciles y groseros. Es esa auténtica falta de carácter el problema de Ted: va pegando tumbos hasta que ya no sabemos si reír o llorar. Los que se esperen algo como la película de South Park (algo así como un episodio alargado de la serie, igual o más salvaje) se van a llevar un buen chasco. Los amantes del cine seguramente no se esperaban nada bueno, como yo, pero la película va más lejos que eso y no solamente no tiene gracia, es que es muy mala.
Lo mejor: el muñequito protagonista
Lo peor: un desastre. Aburrida, grosera y (lo peor que le puede pasar a una comedia) sin pizca de gracia


Socorro!
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