31/7/10

La Metro, Bond & Cía

La Metro cancela la nueva película de James Bond
Si no me equivoco, han sido 22 las películas protagonizadas por el agente secreto más famoso de todos los tiempos. Ninguna de ellas es una obra maestra, aunque la saga, desprovista de Sean Connery, y a medida que Grace Jones y Duran Duran se adueñaban del metraje, fue decayendo en un declive paulatino hasta convertirse en una sucesión de historietas de Serie B, tramas confusas, explosiones sin ton ni son y, sobre todo, intérpretes sin ningún carisma. Sugerir que Pierce Brosnan siquiera se asome al carácter de Connery es un evidente ejercicio de ceguera, y de Timothy Dalton mejor no hablemos. El último Bond, decían, estaba recuperando el ritmo de la saga (en un imposible ejercicio de marketing). Daniel Craig, mamporrero hipermusculado y actor inexpresivo, no nos sirve para encarnar al irónico y donjuanesco agente 007, con licencia para matar con glamour y no como lo haría un navajero del Bronx, cinturón amarillo-naranja de kárate, como este tipo. Es lamentable que los internautas consideren a este cara de palo un buen James Bond (o incluso el mejor); sin duda por el desconocimiento de los anteriores y sobre todo del espíritu del personaje.


Para gustos los colores... pfiu...

En el colmo del despropósito, la película número 23 iba a ser dirigida por Sam Mendes, un director excelente sin ninguna película de acción en su curriculum (si acaso, Camino a la Perdición, que tiene poco que ver la verdad…). Nos quedaremos sin saber el resultado de la colaboración esperpéntica Mendes-Bond-Craig, a Dios gracias. Metro ha decidido poner toda la carne en el asador y reunir los pocos dineros que le quedan para terminar El Hobbit. A mí me parece una decisión muy sabia, a la par que obvia. El Hobbit es mucho mejor libro que El Señor de los Anillos, más entretenido y acertado, sin perderse en toda esa paranoia de la Primera Edad y los Ainur y Elrond hijo de Elthon o como se llame.

Gandalf, Gollum, Smaug y compañía son la última oportunidad de la Metro, una compañía histórica víctima de la crisis, no tanto económica como de ideas, que el cine está sufriendo. Más imaginación permite bajos presupuestos y un mayor beneficio. Ésta es una fórmula sencilla y olvidada, porque, como dice la sabiduría popular, el árbol de los efectos especiales y de las 3D no nos deja ver el bosque, y el bosque son remakes baratos que no aportan nada nuevo, mucho ruido y pocas nueces. Más o menos lo que le ha pasado al bueno de Bond, que se ha olvidado de las tramas de espionaje para incorporar más y más misiles al coche. Esperemos que la Metro sobreviva y que ese león que ha anunciado tantas buenas películas siga rugiendo en nuestros cines por muchos años.

1 comentario:

  1. Lo siento por la Metro. En los años 3o un ejecutivo de la compañía dijo: "Ya hemos ganado mucho dinero con películas de éxito ¿qué tal si hacemos algo arriesgado"? Y así fue como dieron luz verde a "Freaks". Hoy en día hubieran encerrado a ese hombre en un manicomio por proponer semejante idea. Borgo.

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