30/4/10

Chapuza mitológica

Furia de Titanes
En el 93, La lista de Schindler reunía a dos actores en estado de gracia, Liam Neeson y Ralph Fiennes, en dos interpretaciones maravillosas (junto al mejor papel en la carrera de Ben Kingsley, por cierto, y son muchos). En 2010, Louis Letterrier (director de dudosa y escasa filmografía) reúne otra vez a estos dos actores británicos (perdón, Liam Neeson es irlandés) para perpetrar esta chapuza, con un Perseo australiano, y en unas 3D desastrosas (aunque esta vez no he tenido que soportar las dichosas gafas, como en el bodrio de Avatar). Las apariciones de Neeson y Fiennes son lamentables, con un cutrerío de serie B que roza lo ridículo. Los efectos especiales son sin embargo muy desiguales: Pegaso tiene una animación excepcional, pero la medusa es de dibujos animados. Si al menos hubiera algún detalle gracioso, como la película original del 82... De todas formas, es buena noticia que se vuelva al cine de aventuras clásicas, tipo Simbad (ahí tenemos al Prince of Persia), Robin Hood (en la enésima colaboración Russel-Ridley), o las aventuras mitológicas de este Perseo tan flojillo. Lástima de película, porque con una historia tan buena y tantos medios tecnológicos se podría haber conseguido un resultado bastante mejor...  Por cierto, que dicha historia se ha adulterado hasta límites inaceptables, o sea que los que busquéis fidelidad a los Homero y compañía, mejor agarrar un libro... No es la primera vez que la mitología se retoca, aunque al menos otras veces el resultado tenía sentido, y todo estaba hilvanado. Ya puestos, propongo un remake de los Siete Magníficos, compuesto por Perseo, Hércules, Ulises, Gladiator, Juana de Arco, Robin Hood y Conan, y podrían buscar, qué sé yo, el Santo Grial. Total, todos llevan espada, y además, lo que mola son los efectos especiales, ¿no? Pues éso.


Gemma Arterton: Madre mía, ¿dónde me he metido...?

28/4/10

BSO de miércoles

El Piano
Famosísima banda sonora, una genialidad del casi siempre insoportable Michael Nyman. Una de mis piezas favoritas es ésta. No es el tema principal, tan machacado y escuchado por todas partes; pero a mí me gusta bastante más. El primer link es la pieza original, con un montaje de imágenes un poco lamentable. El segundo es la escena de la película en la que aparece. Creo que es una escena que resume en general todos los temas que se tratan a lo largo del film: fascinación, deseo, miedo, abandono. Todo con la mirada, con el sutil movimiento de la cámara y con dos actores inmensos. Holly Hunter toca la música mucho más deprisa, mostrando su nerviosismo, pero, ¡de qué manera! Jane Campion debería haber sido la primera mujer en conseguir el óscar, pero Spielberg llevaba en la cola bastante más tiempo. Lástima, ya habrá otra ocasión, sobre todo si consigue un largo con la mitad de sensibilidad que El Piano, soberbia película de no hace tantos años.


http://www.youtube.com/watch?v=_N02RMJlA_E&feature=related


http://www.youtube.com/watch?v=pZJtaqkqaqc&feature=related


27/4/10

Carreras para niños

Cars
Dirigida por el mismísimo John Lasseter (idolatrado y sobrevalorado fundador de Pixar) se estrenó hace pocos años Cars (cuya traducción al castellano, Coches, hubiera resultado tan aburrida como premonitoria). Ésta es sin duda la más floja de todas las películas de Pixar, en dura competencia con Bichos, todo hay que decirlo. Es curioso que la película no interesa desde el primer momento (quizá por esos personajes inertes, los coches, de pronto animados y transitando por carreteras misteriosas –¿quién las construyó, por qué son de escala humana, y lo que es peor, dónde está la gente?-). Y, sin embargo, apuesto a que a nivel de merchandising es una de las que más dinero ha hecho, si no la que más, debido a la fascinación de los tiernos infantes por los coches, sobre todo rojos. Ni siquiera la voz de Paul Newman consigue aupar un poco una cinta que invita a parar el DVD y a irse a dormir varias veces durante su metraje. Apunto un detalle de auténtico dinosaurio friki: hay un corto de dibujos animados de Disney del 52 en el que el protagonista es un coche (Susie), y que gracias a la animación tradicional consigue transmitir emociones (quizá sus formas son menos rígidas de lo que el ordenador impone...). Podéis encontrar el corto en Youtube.



El original (Susie, arriba) y la copia (Sally). Sin comentarios.

26/4/10

Experimento a la italiana

Videocracy
Yo os recomiendo desde esta humilde página que veáis Videocracy (una película documental bastante floja, de sonoro título, pero que trata un tema muy interesante, de mucho fondo), para remover un poquito esos cerebros abotargados nuestros (no sólo de Furias de Titanes vive el hombre, aunque desconectar de cuando en cuando es necesario). Lo que me resulta cautivador de esta película es, por un lado, sus notables contradicciones, y por otro, el absoluto fracaso de su intento de denuncia. Es curioso que, al pretender criticar la televisión como elemento propagandístico, se convierta en un elemento fuertemente partidista tan nocivo como aquello que critica. Y, por otro lado, con su denuncia de una sociedad machista y vacía de ideales, termina compartiendo las intenciones, simpatizando con sus personajes alienados, y especialmente disfrutando de la exhibición de carne y cuerpos desnudos que, en teoría, el documental debería aborrecer (¿Qué hay de ese desnudo integral de Corona? ¿O es que quizás se permite porque se trata de un hombre, mientras que con las mujeres se nos ofrecen planos más recatados? ¿No está el documental con este punto degradándose, cayendo en el exhibicionismo puro?)




La película

Un director sueco nacido en Italia nos plantea asistir a los resultados de un experimento de proporciones cósmicas: los italianos han sido sometidos durante treinta años a una televisión de funesto contenido, orquestada desde la presidencia. Televisión y política son la misma cosa, y al pueblo se le sirve propaganda y contenidos basura a partes iguales. Según esta hipótesis apocalíptica, después de treinta años de misería catódica la juventud solamente quiere salir en la tele, ser famosos, mientras la cabeza del Estado juega a destruír una nación y a sus habitantes, sumergidos en un mundo de mujeres florero sumisas y machitos musculados cantantes o futbolistas. Durante 80 minutos asistimos a la entrevista de un par de frikis totalmente tarados, a algunos fragmentos de televisión supuestamente vergonzantes y aborrecibles (pero que no son nada del otro jueves en otros países) y también a un ataque contra Berlusconi, que pasaba por allí. El documental provoca las risas del público a veces, y otras, la sonrisa se congela en una mueca horrorizada al vernos en el espejo de lo que somos. Tras la película, se ofrece un debate en el que, por si no quedaba claro, se revela que el director es un chaval sin ideas ni experiencia. Lástima. Cuanto más alto apuntas, más dura es la caída.


La reflexión

¿Qué fue primero, el huevo o la gallina? ¿La gente prefiere los tangas a las películas de Bergman solamente porque Berlusconi ha rellenado la televisión con culos y duchas de camiseta mojada? Primeramente, concentrar el asunto solamente en Italia y en su presidente megalómano es equivocado, ya que la televisión basura, con los mismos programas, ha invadido todos los países supuestamente civilizados en Europa (incluída Europa del Este, doy fe), USA o Japón. Y hace años de éso, y también sucedía durante el período en el que Berlusconi no era presidente. La televisión es instrumento de propaganda política desde hace mucho tiempo. Los paparazzi ya salen en La Dolce Vita de Fellini (de hecho, se llaman así por el personaje de Paparazzo, como todos sabemos) y los personajes obsesionados con la fortuna y la fama también existen desde tiempos del Imperio Romano. El mero hecho de que el fenómeno sea global invalida el 90% de este documental, pero no deja de ofrecernos un sinfín de interrogantes. Ahora bien, aceptando ese propagandismo de la televisión y la consciente selección de contenidos aborrecibles, machistas y de cerebro plano por parte de los gobiernos, ¿dónde queda la elección del espectador? Las alternativas de ocio son cada vez más numerosas: infinitos canales con películas, DVD, libros, Internet, etc etc. Yo concluyo que el que prefiere los strip-teases y la prensa del corazón a otros contenidos es porque quiere. La educación cada vez más floja no es excusa, tampoco el ver ciertos programas “porque lo hacen los demás” o para hablar de algo en la oficina. Así pues deduzco que somos nosotros los culpables de la televisión vergonzosa y de los berlusconis de turno. Simplemente tenemos el diablo que nos merecemos. Berlusconi y sus partenaires, Chaves, Bush, Sarkozy, Brown y demás políticos espesos, no son más que la punta del iceberg de nuestro propio conformismo, de nuestra propia pereza e incapacidad de construír un mundo (sólo) un poquito mejor.


"Porque yo lo valgo, oiga."

23/4/10

Cómo se hace una película (I)

El guión
Rescatando del fondo del armario El Jueves Extra Cine del año 98 (nada menos), me encuentro con este cuadernillo histórico, que relata las fases necesarias para realizar una película. Una buena manera de empezar el fin de semana. A pasarlo bien.

22/4/10

Vuelos a gran altura

Cómo entrenar a tu dragón
Que los dragones y los vikingos no se llevan muy bien lo hemos visto unas cuántas veces. Lo vimos hace poco en Beowulf, la mejor película en 3D hasta la fecha, en la que la media hora final era un enfrentamiento de quitar el hipo entre el héroe y un enorme dragón. Lo primero que sorprende en esta nueva entrega de la Dreamworks es la calidad técnica: cada detalle está cuidado al máximo, y el pelo o los ojos o las olas están recreados con elegancia y realismo. Los movimientos de los personajes son buenísimos y dejan en pañales a Pixar y similares. Los dragones son imaginativos y podemos leer sus emociones fácilmente con su escaso lenguaje facial. Parece ser que la película se inspira en un libro, con muy buena pinta, de literatura juvenil. Ése es tal vez el único pero de la película: el estar destinada demasiado claramente a un público infantil, y la mezcla chirriante entre la dulzura y suavidad que desprende la película, con la agresividad y la violencia que se le supone a las batallas contra tan sanguinarias fieras. Por lo demás, una película muy entretenida, que te mantiene un par de veces en vilo, te divierte y te deja buen sabor de boca. A mí me ha recordado al Aladino de Disney, quizás por ese vuelo de la pareja de enamorados sobre las nubes, o por la mezcla de pordiosero fracasado que se encuentra por casualidad con un personaje de fantasía... Claro que ésa es también la base de ET y de otras muchas... Si es que está todo inventado… Por cierto, que he visto la película en "supuestas 2D", es decir, a contracorriente, para variar. No solamente me olvido de las dichosas y molestas gafas, sino que además, ¡oh albricias!, ¡oh maravilla de la naturaleza!, el ojo humano está diseñado para ver en 3D… claro que eso no se lo podemos decir a quienes esperan salvar el cine con tan estúpido, inútil invento.

21/4/10

¿Puntualidad? No, gracias

Cine en Londres
Queridos amigos, mi traslado a Londres ya está más o menos completado, aunque el período de adaptación haya llevado un poquito más de lo previsto. Y, para comenzar esta nueva etapa de Tururú, ¿qué mejor manera que acercarnos un poco al cine y su negocio en esta ciudad enorme, abrumadora, alfombra roja de Europa hacia USA y el cine que nos llega? Sé que no podéis dormir desde hace años con esta duda que os acongoja y os solivianta. Qué bueno que finalmente voy a desvelaros esos interrogantes. ¿Qué películas ponen en estas tierras? ¿De qué color son las butacas? ¿A cuánto va el kilo de palomitas? Cuántas cuestiones interesantes, cuántos dilemas puntiagudos, hambrientos por ver la luz algún día. Ése día ha llegado. Abrid bien los ojos.

Opción 1

No hay mucho que contar. Las únicas diferencias son los precios y los horarios. El cine es más caro, aunque tampoco demasiado más, y depende de la sesión y, claro está, de si es en 3D. Ir en horario normal son 9,50 libras, 10,50 euros. En las sesiones anteriores a las 4 de la tarde, son 7,50 libras. Las sesiones en 3D valen unas 12 libras. El tema de los horarios sorprende bastante más; el cine empieza a las 12, incluso en días de diario, y la última sesión suele ser a las ocho y media o nueve de la tarde, incluso en fin de semana. Los amantes de la sesión golfa, como yo, pueden irse despidiendo. Tampoco me imagino yendo a ver una película a las 12 de la mañana, la verdad. De hecho, ni siquiera creo que ellos vayan. El cine está tan de capa caída como en España: salas vacías, sesiones con seis personas, salas cada vez más pequeñas, y sobre todo multicines en los centros comerciales, mientras que las salas clásicas y enormes del centro de las ciudades hace tiempo que cerraron sus puertas. Una cosa más: ponen unos veinte o veinticinco minutos de publicidad antes de la película, o sea que allí no llega o´clock nadie. Eso sí, una diferencia fundamental: las películas están en inglés. Good for you si hablas un buen inglés, y no te importa el acento escocés o bostoniano. Si, como yo, aún tienes lagunas, te recomiendo la tele por cable: puedes poner subtítulos. Y si no, siempre nos quedarán los DVD de Kubrick.


Odeon es la cadena de cines más importante de UK...


Opción 2

Cuando cruza uno la puerta de los cines de esta ciudad salvaje, inhóspita, no sabe uno lo que se va a encontrar. Se recomienda siempre no llegar antes de que empiece la película, y no aguardar en la sala a que los títulos de crédito terminen. Los personajes, actores y seres de fantasía que pueblan las películas son reales en Londres: como si de una obra de teatro se tratara, y entre sesión y sesión, ensayan sus papeles en la sala de butacas, o simplemente toman un aperitivo, echan una cabezadita, charlan con los espectadores, o se los comen. Si la película es de dragones, transcurre en la selva africana, o va de tiburones o pirañas gigantes, hay que tener cuidado: puede uno encontrarse, nada más entornar la puerta de la sala, con un dinosaurio gigante que no sólo está hambriento, sino cabreado por tener que trabajar en cuatro sesiones diarias. También puede uno encontrarse con Angelina Jolie tomando una ducha o con Jessica Alba ensayando una escena de desnudo, aunque son los casos más improbables, porque las actrices son muy celosas de su intimidad, y suelen resguardarse bajo una butaca o en la misma sala de proyección. Más frecuentes son los atropellos por persecuciones que continúan cuando la película se ha acabado, o las decapitaciones por esas espadas que vuelan sin control, ahora que las películas de gladiadores vuelven a estar de moda. Sí, amigos, el cine en Londres es un deporte de riesgo. Tengan cuidado si deciden ir a ver una película: no es el Collins lo que necesitan, sino protecciones, extremo cuidado y, quién lo diría en la supuesta ciudad de la puntualidad, llegar tarde.


Lo confieso: a mí también me gustaría estar en La Rosa Púrpura de El Cairo.

7/4/10

Esperando...

La segunda etapa de Tururú Cine vuelve pronto y con novedades...

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