22/4/10

Vuelos a gran altura

Cómo entrenar a tu dragón
Que los dragones y los vikingos no se llevan muy bien lo hemos visto unas cuántas veces. Lo vimos hace poco en Beowulf, la mejor película en 3D hasta la fecha, en la que la media hora final era un enfrentamiento de quitar el hipo entre el héroe y un enorme dragón. Lo primero que sorprende en esta nueva entrega de la Dreamworks es la calidad técnica: cada detalle está cuidado al máximo, y el pelo o los ojos o las olas están recreados con elegancia y realismo. Los movimientos de los personajes son buenísimos y dejan en pañales a Pixar y similares. Los dragones son imaginativos y podemos leer sus emociones fácilmente con su escaso lenguaje facial. Parece ser que la película se inspira en un libro, con muy buena pinta, de literatura juvenil. Ése es tal vez el único pero de la película: el estar destinada demasiado claramente a un público infantil, y la mezcla chirriante entre la dulzura y suavidad que desprende la película, con la agresividad y la violencia que se le supone a las batallas contra tan sanguinarias fieras. Por lo demás, una película muy entretenida, que te mantiene un par de veces en vilo, te divierte y te deja buen sabor de boca. A mí me ha recordado al Aladino de Disney, quizás por ese vuelo de la pareja de enamorados sobre las nubes, o por la mezcla de pordiosero fracasado que se encuentra por casualidad con un personaje de fantasía... Claro que ésa es también la base de ET y de otras muchas... Si es que está todo inventado… Por cierto, que he visto la película en "supuestas 2D", es decir, a contracorriente, para variar. No solamente me olvido de las dichosas y molestas gafas, sino que además, ¡oh albricias!, ¡oh maravilla de la naturaleza!, el ojo humano está diseñado para ver en 3D… claro que eso no se lo podemos decir a quienes esperan salvar el cine con tan estúpido, inútil invento.

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