Rojo descafeinado

Hellboy II

Hellboy es una de mis adaptaciones de cómic favoritas; a mi entender, bastante mejor que los Batman de Christopher Nolan o los X-Men de Bryan Singer (que se supone son de lo mejorcito del género). Hellboy parte del cómic de Mike Mignola, que mezcla sabiamente un dibujo sencillo y picudo en rojos y negros, con historias de terror y humor basadas en el folklore popular. Gran parte de ese espíritu se mantiene en la película, aunque desgraciadamente es lógico que se pierda casi todo encanto visual de los tebeos. La segunda parte vino también dirigida por Guillermo del Toro, tuvo mejores resultados de taquilla, convenció a mucha gente y es, como resulta obvio con dichas credenciales, mucho peor que la primera. En Hellboy II no queda ni rastro de los personajes que daban fuerza a la anterior: el romántico, infantil, fanfarrón e inmortal protagonista parece esfumarse, y lo mismo otros secundarios (John Hurt, por razones obvias, y también el novato agente del FBI que disputa el amor de la piroquinética Liz Sherman). Cuando en la primera parte teníamos un demonio enamorado y despechado de una loca con poderes, ahora tenemos un convencional matrimonio de superhéroes que discuten sin gracia ninguna. Por poner un ejemplo. Sumemos al despropósito un villano tipo elfo de los bosques, y muchas criaturas de plástico y efectos especiales y mucho ruido, como mandan los cánones de las superproducciones en esta era post Señor de los Anillos. El resultado, una película aburridísima, otro ejemplo (y van dos millones) de que las infografías no sustituyen a los buenos guiones. Bueno, voy a leerme otra vez "La mano derecha del destino"...