15/7/10

Historias feas

Mel Gibson
Parece ser que a Mel Gibson se le ha terminado la cuerda. Entre cogorza y cogorza, Gibson (buen director, actor de carisma, Top Five de Hollywood durante mucho tiempo en esas listas de mejor pagados y más rentables) ha tenido que reconocer que su carrera está terminada, y total, por unos cuántos escándalos tontos, unas cuantas conversaciones de teléfono y unas amenazas de muerte a su mujer, acompañadas de maltratos, comentarios racistas y etc, etc.
No vamos a echar de menos a este personaje ultraconservador, fascista y reprimido, que nos ha regalado joyas infumables del sadomaso como La Pasión de Cristo y otros bodrios de los ochenta como la saga Arma Letal. Sí confieso, en cambio, mi debilidad por algunos momentos de Braveheart, de Hamlet o de El Hombre sin Rostro. En fin, dicen que ha habido resurrecciones imposibles, en ésto del cine, como en los casos de Travolta o Rourke, pero yo no le vaticino nada bueno al australiano de los veintisiete hijos en el rancho de Texas. Se demuestra una vez más que los peligrosos no son los Warren Beatty y otros famosos mujeriegos irredentos, sino los políticamente correctos que, bajo la represión de las ideologías religiosas, ocultan sus verdaderas tendencias (tipo American Beauty, sin ir muy lejos) en el seno de una familia tradicional –matrimonio infinito, hijos a tutiplén-. Como en el caso de Polanski (al que por cierto, inexplicablemente, han dejado libre) Gibson –persona- debe pagar por sus maltratos y demás burradas, y Gibson -actor y director- tiene un par de oscars bien merecidos y con ellos todos mis respetos. Qué extraña esta dualidad ángel-diablo que mostramos todos.



¿Era un buen tipo y se le fue la pinza, o era un malote y nos tenía engañados?



1 comentario:

  1. Bueno habrá que esperar para ver que tal le va con su útimo proyecto, una película sobre los vikingos.

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