Apaga la luz

Darkness

El cine de terror es una garantía comercial en España, sobre todo de un tiempo a esta parte, cuando Los Otros y especialmente El Sexto Sentido pusieron de moda otra vez el género de las casas embrujadas, los fantasmas atormentados, las habitaciones oscuras, los niños gamberros y los sustos por parte de señores perdiditos de maquillaje. Aquí nos llegan pelis de terror japonesas, coreanas, y ultimamente muchas españolas, con Rec y su secuela a la cabeza. Del mismo director, Jaume Balagueró, nos llegaba esta Darkness hace ya unos añitos. Me ha sorprendido por su intensidad, su efectismo y sobre todo por su final, que me ha gustado mucho. No hay nada nuevo en el planteamiento: niños asesinados que se aparecen a una pobre chavala, habitaciones en las que la luz no funciona, sangre por aquí, malos por allá, gritos y miedos acullá. Es curioso que algunas escenas recuerden tanto a El Resplandor (de hecho, creo que algunos fotogramas son calcados); éso sí, aderezado todo con un montaje tipo MTV que roza lo subliminal, intercalando sin ton ni son escenas de sangre y muerte durante medio segundo, sólo para ponerte más nervioso. El cine entendido así, más que una narración, es una experiencia de imagen y sonido, y si se trata de asustar, con un par de golpes de música y unos señores muy feos de por medio, pues, ya está, conseguido. En fin, reconozco que es difícil sorprender en este género tan limitado y tan explotado, pero esta Darkness entretiene y su final, aunque tramposo, te deja un ratito pegado a la butaca. Que ya es bastante.