Me sorprendo escuchando otra vez a Lee Marvin en el metro, y me cruzo con la gente por los pasillos como aquellas carretas que él se cruza mientras abandona la Ciudad sin Nombre. En una de las escenas cumbre del cine musical, y seguramente de toda la historia del cine, Ben deja todo atrás, otra vez. Intentar describir esta secuencia es inútil, porque sólo la combinación de cine y música pueden transmitir ese aluvión de sensaciones en unos pocos minutos. Un homenaje a la melancolía, insertado en una (aparentemente) película bobalicona. Os dejo el link para que disfrutéis un poco de la voz grave y ronca del gran Lee Marvin.
Mud can make you prisoner and the plains can bake you dry
Snow can burn your eyes, but only people make you cry (...)
...y en 3:00 entra el coro de los mineros, con esa carreta saliendo de entre la niebla... Bien!
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