31/8/09

Precuelas a Sam Raimi

Taron y el Caldero Mágico
A Tim Burton le echaron de la Disney (en la misma hornada que a John Lasseter, nada menos, menudos visionarios) después de participar en esta película maldita. Fue censurada por la propia Disney, y se rumorea que muchas escenas de batalla que costaron un dineral se eliminaron, y que están congeladas junto al tío Walt y al verdadero creador de Mickey Mouse, un tal Ub Iwerks. En fin. La película tuvo una clasificación PG y eso debió de ser un drama para la productora; además fue un fracaso en taquilla. Dicen que la Disney se arruinó, ahí debió de ser cuando entró Katzenberg (antes de irse con Spielberg a fundar el barco a la deriva Dreamworks) y dieron en el clavo con la Sirenita gracias al cangrejo con acento cubano, o, mejor dicho, gracias a Alan Menken y (descanse en paz) Howard Ashman. En fin, que en esta peli, el malo es clavadito a Skeletor, el de los muñecajos de Mattel, y es verdad que asusta un poco con esos ojos rojos y esa mala leche; aunque luego es un poco tontorrón y se deja engullir por el caldero mágico, en una escena de desintegración al estilo "final de película de Indy" que es de lo mejorcito. Y es que donde esté la animación tradicional que se quite el ordenador, aunque no parece que lo de Pixar vaya a ser una moda pasajera. En todo caso, coge uno un poco de Conan el Bárbaro (que tan de moda estaba en los 80), copia el argumento de El Señor de los Anillos (con un gollum que cae a las llamas, un tipo débil e inocente que debe proteger el objeto mágico, un viejo hechicero que le manda directamente a la boca del lobo, un par de dragones), con un poquito de Merlín el Encantador por aquí y otro poco de Willow por allá (¿o fue el bueno de Madmartigan el que copió primero?), las tres brujas de Macbeth, y el ejército de esqueletos de Ray Harrihausen, y te sale un refrito entretenido, al que se agradece que no dure diez horas ni tenga a Schwarzenegger de por medio. Por cierto que se puede ver en Youtube (The Black Cauldron) así que ya estáis tardando.

2 comentarios:

  1. Bueno, he conseguido incluir un comentario después de buscar intensamente en el bolg algo más de 5". En fin, que ver una peli en 3D está bien, pero lo importante es sentir algo más que sorpresa y miedo, que la historia te enganche y que te la creas, porque ¿cuántas pelis que vas a ver al cine en los últimos años te crees? Y no porque sean verosímiles, sino porque aun no siéndolo te metes en ellas y sientes lo que sienten los personajes, los entiendes y comprendes lo que les pasa y sufres y disfrutas con todo ello. ¿Es eso tan difícil de conseguir?

    No te metas demasiado con Ridley Scott. Es simplemente un asalariado que dirige las pelis que la productora le encarga y que normalmente no puede ni recotar un guión. Son las productoras quienes exigen que las historias las cuenten para imbéciles o retrasados, ni siquiera los guionistas (salvo los pésimos). Y, claro, un director vive de su trabajo, de lo que le encargan. John Ford estaba a sueldo, dirigía decenas de películas al año como quien fabrica churros: "Secuencia X, la caravana llega al río, gran plano general lateral de la caravana acercándose al río, plano general frontal de los caballos y el prota llevando las riendas y su esposa (con el bebé en brazos). Plano lateral de la esposa diciéndole al marido que Jhonny necesita beber, plano frontal del marido tirando de las riendas para detener el paso de los caballos." Pasamos a la siguiente secuencia". Así un día y otro y otro. Y de vez en cuando salía una obra maestra. Sin embargo, en aquella época sí que había historias que contar. Ahora parece que la originalidad se ha agotado o bien rebasa los límites y se vierte en la absoluta incredibilidad. ¿Cómo contar algo así que parezca verdad? Y aún así Mr. Scott se reinventa Blade Runner, una película que supera a la novela en la que está inspirada y cuyos actores consiguen (gracias a la inestimable ayuda de Scott) que vivamos las vidas y las muertes de los imposibles personajes que recrean. Eso es cine y con eso basta para tenerle en los altares. Lo demás, ganarse la vida

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  2. Es cierto que Ridley reinventa Blade Runner, y además continuamente, creo que vamos ya por la sexta versión de montaje del director requetedefinitivo. Pero me quita un peso de encima el pensar que son las productoras, y no los artistas, los culpables... Aunque para ser franco, yo diría que, como en los divorcios, nunca la culpa es completa y exclusivamente de uno de los dos. En fin, démosle un voto de confianza al bueno de Scott, todo sea porque nos regale una peli que nos haga salir del cine con una sonrisa de las de verdad.

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