4/7/12

Dos de Michael Fassbender - Shame y Un Método Peligroso



Fassbender está de moda. Good for him, que dirían los americanos.

Shame
Hace unos meses leía una entrevista con el director Steve McQueen, un tipo que ostenta un nombre inolvidable en esto del cine, aunque no tenga nada que ver con el famoso actor. Decía el bueno de Steve en la entrevista que esta película de Shame propone una reflexión sobre como la sociedad actual se aproxima al sexo. Interesante punto de partida, me dije yo. McQueen añadía que el hombre contemporáneo se siente perdido, o, más bien, sobrecargado con tantas opciones. El sexo fácil y accesible del siglo XXI, sin compromiso alguno, debe tener algún impacto a nivel social y sobre todo personal. Bien dicho, me dije yo. La película, al parecer, va ser cruda y dramática, con lo cual ya parece clara la postura del director. En fin, veamos.

Críticas muy buenas tiene este Shame. Shame on you, deberíamos añadir. La película, lejos de ser lo que pretende, es, ni más ni menos, que la historia de un adicto al sexo, una persona enferma con serios problemas psicológicos. Parece difícil, pues, que alguien asocial pueda servir de ejemplo para diseccionar la sociedad. Mr. McQueen, al que de momento no estimamos mucho en Tururú, pero que tal vez haga algo bueno en el futuro (mimbres tiene) adorna la cinta con una sucesión de escenas pseudo-pornográficas, y estira una historia que da para diez minutos hasta la hora y media. La única conclusión que podríamos sacar de la película es que el sexo es malo. Lo cuál, uno que es mal pensado, podría ocultar alguna intención religiosa o, simplemente, una represión como una catedral.

Lo peor de Shame no es su mensaje, ni que la historia no sea nada del otro jueves. Lo peor es que es tremendamente aburrida e incómoda de ver. No es Lars Von Trier el único sádico que se empeña en mostrar personajes sufriendo en escenas larguísimas, sino que ha creado escuela. Hemos visto un ejemplo en Sleeping Beauty hace unas semanas en Tururú. Shame sigue por la misma senda, desgraciadamente. El apartado técnico, brillante, no sirve para ocultar la nadería de la historia y lo previsible de su desarrollo. Así las cosas, y para dejarlo claro, no me ha gustado nada la película, y, para más señas, y mordiéndome la lengua, no le aconsejo a nadie desperdiciar 90 minutos de su vida viendo esta cosa. Infame, aburrida y desagradable, pero, sobre todo, tremendamente pretenciosa en su vacío. En fin. Si Howard Hawks levantara la cabeza.

Lo mejor: Nueva York.
Lo peor: no vale para nada, en serio.




Un Método Peligroso


Después del aburrimiento de Shame, da gusto ver una película con diálogos, con un hilo argumental, con recreación de época, con una banda sonora compuesta para la película -de esas que acompañan a las escenas, en lugar de ser un pegote que suena de fondo-. David Cronenberg se aleja de su línea habitual (con cintas a veces violentas, a veces muy extrañas, a veces las dos cosas) y entrega una suerte de biopic sobre los orígenes de la psicología. Es cierto que, siendo los personajes reales y de tal fuerza, es sencillo conectar con el espectador; pero también es verdad que lo rebuscado de las teorías freudianas y los diálogos (muy buenos, pero nada accesibles) lo alejan de un público mayoritario. La película se mueve, en realidad, entre esos dos extremos: conseguir, por un lado, el interés del espectador y por otro resumir nada menos que las teorías de Freud, Jung y Spielrein. Diríase que no tiene demasiado éxito, puesto que las ideas y biografías se explican de soslayo, mientras que muchas escenas son demasiado pausadas para el circuito comercial. Y, por otra parte, lo que a Croneberg le interesa son los complejos de la Spielrein, los azotes y la poligamia. Así las cosas, Viggo Mortensen y Michael Fassbender con unos trabajos de aúpa reflotan una función atípica, que interesará a los fanáticos de Cronneberg y a los asiduos a las teorías psicoanalíticas, la interpretación de los sueños, el complejo de Edipo y todos esos rollos. Y a los demás, también, porque siempre es un gusto ver una película bien hecha.

Lo mejor: La caracterización (freudiana) de Viggo Mortensen
Lo peor: que lo tuyo sea el conductivismo




Los Tip y Col del mundo de la psicología...

4 comentarios:

  1. ¿Sabes que? Es la primera crítica que leo que pone verde a Shame. Hace muchos meses que la vi, antes de que la estrenaran, gracias al festival de cine de Sevilla. Entonces ya dije que distaba mucho de ser la peli redonda que pronosticaban. Para mí lo mejor: la pareja de actores y esa versión super lenta de "New York, New York".
    La otra no la he visto todavía...
    Saludos!

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  2. Hola Ethan, yo también recuerdo esa escena: es seguramente la mejor. No comprendo esas buenas críticas; debe ser que me estoy haciendo viejo. En fin, saludos.

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  3. Hola buenos días
    pasa por mi blog y recoge algo que he dejado para ti

    mi-blog-by-amo.blogspot.com

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  4. Completamente de acuerdo. Shame todo el mundo me la ponía por las nubes y me pareció sobrevaloradísima y alargadííííísima. Para un telefilm habría quedado bien y punto.
    Un metodo peligroso ya me gustó mucho más. Cronemberg aún no me ha decepcionado nunca y hasta Viggo me convenció de que es un buen actor que hasta ahora no lo tenía yo claro. Saludos. Borgo.

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