10/3/11

Una reflexión no freudiana sobre la polémica del Festival de Sitges

Parece ser que términos como la libertad de expresión y el arte vienen a ocupar el hueco vacante que deja la religión en cuanto a las creencias del respetable, dándonos la oportunidad de perpetrar todo tipo de barrabasadas en su nombre. Si en el siglo XIII se hacían las cruzadas en el nombre de Dios y de Alá, ahora en el nombre de la creatividad personal y de la libertad de expresión vamos camino de perder lo único que a los humanos nos diferencia, como especie, de los animalitos –que son más nobles y menos pícaros, los pobres, por eso siempre llevan las de perder-. Con la excusa de respetar la libertad de expresión, hordas de internautas se permiten robar por la cara el trabajo de otros, artistas o no. Lamentable. Con la excusa de estar haciendo arte, sinvergüenzas que se llaman artistas se dedican a malgastar su dinero –y el de organismos públicos, que es peor- con perfomances disparatados o repugnantes – o ambas cosas-. Una penita.

Todo esto viene a cuento por lo del festival de Sitges (pero también por el dichoso human centipede y las entregas de Saw y demás patrañas de mal gusto) y la actuación de la fiscalía acerca de esa película que intuyo inmunda y que, por supuesto, no veré (de no ser que me toque ser jurado, claro). A quien habría que meter en la cárcel es al señor que ha ideado escenas tan macabras, pero, como además las leyes están para cumplirlas, si el exhibidor ha incurrido en delito, debe de responder ante ello. El Festival ha recibido múltiples apoyos en nombre de esa supuesta libertad de expresión, pero a mí me enseñaron de pequeñito que la libertad de uno termina donde empieza la libertad y el respeto a los demás, y nunca la gente llega suficientemente advertida ante lo que se va a ver en una pantalla de cine. Y el golpe psicológico puede ser mucho mayor que la agresión física. Por eso, quizá ya va siendo hora de decir que no, que no todo vale en el nombre del arte; hora de que recuperemos un poco de cordura y buen gusto (dejándonos de transgresiones ofensivas, que ya somos mayorcitos y ya sabemos que provocar es muy fácil); hora de que digamos por fin que ya basta de chorradas, antes de que tanta mierda de artista, que diría Duchamp, nos llegue al techo.


El final del mal gusto, que llegue cuanto antes...

4 comentarios:

  1. Un tema espinoso... ahora estoy recordando la polémica con "Holocausto canibal", creo que lo más grave de esa película es que matasen animales de verdad. Borgo.

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  2. Absolutamente de acuerdo en lo de que nadie es intocable, y en ese sentido me he manifesto yo también en mi blog.

    Los creadores (y me gusta mucho tu analogía con la Religión) parecen creer estar por encima del Bien y del Mal y presionan, al estilo corporativista, porque a uno de los "suyos" le han llamado a declarar ante un juez que lo ha imputado. Y ni siquiera lo han condenado!. Pues no, no son intocables. La peli es una mierda, yo he tenido la desgracia de verla, y eso que yo no condenaría a Angel Sala a nada, pero hay gente que opina lo contrario (y son gente moderada y razonable, no extremistas religiosos), con lo que el señor Sala tiene que dar explicaciones cuando lo llama el juez, como todo hijo de vecino. Y si la Ley (o sea, nosotros, la Sociedad) le dice que tiene que pagar los platos rotos, pues tendrá que hacerlo. El desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento. Los reponsables del Festival conocían la ley y sabían que incluso las representaciones no reales de sexo con menores son delito en España. El Festival la interpretó a su estilo y los de la Defensa del Menor al suyo, por eso denunciaron.

    Lo que voy a decir ahora es obviamente una impresión mía, pero tras ver la peli, yo creo que los del Festival decidieron programarla por morbo, porque si no, es que no lo entiendo, porque es mala de cojones.

    Recomiendo a todo el mundo que lea la cronología de los hechos en la web de la FAPMI, antes de opinar.
    http://www.fapmi.es/contenido1.asp?sec=43&pp=1

    Esto no es censura. Es aplicar las leyes en un país democrático.

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  3. La película no la veré porque no tengo ganas de ver un sin fin de imágenes desagradables. Pero si la ley dice eso, existen muchas películas donde se ve el abuso de menores. No sé si alguno ha viso Plenilunio, una película española de uno que viola a niñas e incluso hay una escena de una niña desnuda que cuando yo la vi pensé "si esto se llegase a rodar ahora sería un escándalo". Así que si tienen que cumplir esa ley se deberían perseguir muchas más películas. ¿Qué es muy fácil provocar y crear polémica? Estoy de acuerdo. ¿Qué existe mucha censura y muchas leyes absurdas? También. Además todo esto no hace más que darle más publicidad a la película y aumentar el morbo.

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  4. Borgo: vamos, que las animaladas no son nada nuevo...

    Mr. Lombreeze: muchas gracias por la aportación. Las leyes están para que las cumpla todo el mundo, artistas o no (me estoy acordando ahora de Polansky, por ejemplo). Idealmente, si todos fuéramos buenecitos, no habría necesidad de leyes, censuras ni nada por el estilo, pero como el mundo no es perfecto...

    Juanma, también de acuerdo contigo, seguramente hay otras películas que se hubieran merecido el mismo trato y es una pena que una peli tan mala esté consiguiendo tanta publicidad. De todas formas, si con esta historia se sienta un precedente y conseguimos salir del "todo vale", pues bienvenido sea. Saludos.

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